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Caminando hacia mis metas

  • Foto del escritor: Psicología y Vida
    Psicología y Vida
  • 7 ene 2021
  • 6 Min. de lectura

Quisimos empezar este año con uno de los temas más populares al inicio del año ¿Porqué no podemos alcanzar nuestras metas?


A continuación iremos desarrollando algunos puntos que nos pueden ayudar a analizar nuestras metas.


  1. No tener claro hacia dónde vamos y qué es lo queremos

La falta de claridad nos lleva a querer muchas cosas, o por el contrario nos lleva a resignarnos y llevar una vida sin interés, sin entrega, ni pasión. Nos hace deambular por la vida sin rumbo, frustrados y sin propósito.


La claridad de lo que queremos y hacia dónde vamos es esencial para alcanzar el éxito en todo los aspectos de nuestra vida. Esto porque empezamos a trabajar y soñar sobre lo que queremos, esforzándonos para sobrepasar los obstáculos.


Debemos tener en cuenta que la meta está relacionada con una necesidad que decidimos satisfacer o con un malestar importante que queremos eliminar. Por lo tanto, podemos decir que la meta es el antecedente de la acción y al cumplirla es la solución a una necesidad o a algún malestar.


Mientras más claras sean nuestras metas, mayor nuestra posibilidad de éxito. Decir: Quiero estar mejor, tener éxito o tener una buena relación, es muy ambiguo. No nos ayuda a ver qué pasos necesitamos dar. Es mejor decir: Voy a hacer ejercicio 3 veces a la semana, voy a aprender a administrar mi tiempo utilizando "X" técnica o voy a compartir la mañana del sábado con mi pareja, haciendo algo que nos guste a los dos.


2. Falta de realismo, querer abarcar todo desde el inicio y sin empezar poco a poco.


¿Será que muchas veces somos poco realistas con las metas que queremos alcanzar? ¿Será que pensamos que de la noche a la mañana debo de lograr lo que deseo?


Debemos de revisar si tenemos la tendencia a pensar de manera irreal sobre lo que queremos, y no se trata de pensar que es inalcanzable lo que deseo, sino de tener claro que esa(s) meta(s) requiere(n) esfuerzo y dedicación para alcanzarla.


Por ejemplo: no podemos pretender alcanzar un puesto de gerente en una compañía de la noche a la mañana o recién saliendo de la universidad con poca experiencia laboral, sin tener claro que para alcanzarlo requiere de una serie de requisitos, tiempo, dedicación y esfuerzo.


También debemos de revisar qué tanto influyen de manera negativa e irreal las redes sociales y la exposición de la vida “maravillosa” de los demás en mi planteamiento de metas.


Siempre es muy importante cuando establecemos las metas que queremos alcanzar tener muy claro:

  • Si las queremos alcanzar a corto, mediano o largo plazo.

  • Establecer la manera en que lo vamos a lograr o cómo vamos a llegar hasta ella.

  • Si necesito ayuda y a quien puedo recurrir

  • También tenemos que tener claro y presente que en el camino es posible que encontremos situaciones difíciles que nos pongan a prueba e incluso nos hagan dudar pero es donde debemos analizar y decidir si permito que esa situación sea lo suficientemente fuerte como para hacerme desistir o si más bien debo de revisar que no estamos haciendo bien o en que deberíamos mejorar para continuar hacia dónde deseo llegar.

  • Debemos hacer una organización y planificación de actividades para que nos sea más fácil alcanzar nuestro objetivo. Un ejemplo claro y común que muchos nos planteamos a inicio es empezar hacer ejercicio, pero entonces debo de organizar mi agenda y saber en que momento se me hace más fácil cumplir con mis rutinas, si se me hace más fácil cumplir cuándo estoy sola o acompañada, etc.

  • Tener palabra clave como por ejemplo todo lleva su tiempo, que requiere de mi esfuerzo y dedicación. Así cuando empiezo a dudar de mi puedo repetirme esas palabras claves que me ayudarán a continuar esforzándome.


3. No estar dispuestos a sacrificar.


Para alcanzar las metas siempre vamos a tener que sacrificar tiempo con nuestra familia, tiempo de descanso, tiempo de ver televisión, no hay resultados sin esfuerzo. Por supuesto que es muy importante hacer un equilibrio en los tiempos que dedicamos al desarrollo de las actividades en cada una de nuestras áreas. Sin que estas se vean afectadas, y permitiendo dedicar el tiempo que necesitan y merecen cada una, para así evitar frustraciones personales y en las personas con las que convivimos.


4.Desorganización, entender que todo requiere un esfuerzo por lograrlo.


Generalmente deseamos una vida "fácil" y sabemos que lograr nuestras metas requiere de esfuerzo y trabajo. A veces queremos creer que desear es suficiente para obtener lo que necesitamos o queremos. El problema es que no vemos el desgaste y malestar que provoca la insatisfacción o el sufrimiento, causados por dejar nuestra vida sin rumbo y obtener menos de lo que queremos y podemos tener.


También podemos creer que al establecer las metas nos estamos comprometiendo y no todos queremos hacerlo, aunque ello implique menor bienestar.


Necesitamos recordar que las metas son un aprendizaje constante y va a requerir a veces que pasemos por momentos difíciles para poder alcanzar eso que tanto anhelamos y poder crecer y por lo tanto avanzar en nuestra vida.


5. Cuando a las opiniones de los demás les prestamos más atención que a nuestros deseos, anhelos, y sueños.

¿Cuántas veces hemos dejado de hacer algo que no nos gusta o ni siquiera intentamos por simplemente prestar más atención a los demás que a lo que verdaderamente queremos? Tenemos una constante tendencia de siempre estar pensando en lo que los demás piensan de mi. Y la realidad es que nuestras metas deben de estar centradas en lo que nosotros queremos o necesitamos.


Para tener la motivación, energía y constancia necesarias para lograr una meta, ésta debe de ser nuestra, basada en nuestros deseos, sentimientos, valores y necesidades. Si es una meta impuesta por alguien más o es parte de la cultura, difícilmente la vamos a lograr.


Nuestra meta es nuestra. Surge de nuestras necesidades y deseos y nosotros somos responsables de cumplirla. Aún en una meta compartida, cada persona es responsable por sí misma. Si no es nuestra meta o no está basada en algo importante o valioso para nosotros, nuestra motivación puede disminuir rápidamente, lo que nos lleva a no cumplir la meta y a frustrarnos.


6. Miedos e inseguridades.


El manejo de lo que pensamientos es importante, porque estos van determinar el cómo me comporte y trabaje para alcanzar mis metas.


Si tengo una lista de metas pero antes de planear cómo voy a cumplirlas empiezo a pensar que “no soy capaz de hacerlo, que es muy difícil”, esto me va hacer sentir incapaz y posiblemente me va a limitar e impedir buscar las alternativas para alcanzarlas. Pero si más bien cambio mis pensamientos negativos por pensamientos positivos como “bueno aunque me cueste organizarme, aunque tenga dificultades de atención, voy a lograrlo”, voy a utilizar estas estrategias para alcanzar la meta que deseo a pesar de que tenga miedo.


Uno de los principales retos antes las inseguridades es tomar la decisión de enfrentarnos a esas situaciones que nos generan ansiedad y miedo.


7. Manejo del fracaso, afirmaciones negativas cuando fracasamos.


La realidad es que le tenemos miedo al fracaso y pensamos que si no nos fijamos metas, nuestra posibilidad de fracasar es mucho menor. Esto nos hace sentir menos “ansiedad” en el momento. Sin embargo, esto puede traer otras repercusiones en nuestra vida a largo plazo. No nos damos cuenta, de que el fracaso de no lograr lo que deseamos o de no tener una vida mejor, es mucho mayor.


Ahora, algo que tendemos a hacer cuando fracasamos es tratarnos mal (afirmaciones negativas)…y la realidad es que generalmente nos tratamos peor a nosotros que lo que tratamos a las personas que nos rodean… ¿Porqué no tratamos de la misma manera a las personas que queremos? Porque no queremos lastimar a los demás o que ellos se sientan mal. Lo irónico es que nosotros sí nos tratamos de una manera que nos lastima y nos hace sentir mal, cuando no logramos cumplir nuestros propios estándares. Y a esto quiero decir que nos demos cuenta que estas afirmaciones negativas que en ocasiones nos decimos NO nos ayudan a mejorar como persona ni a lograr nuestros objetivos. Simplemente nos hace sentir mal con nosotros mismos y saboteamos lo que queremos lograr, dándonos menos valor y haciendo que sigamos en nuestro círculo vicioso de fracaso.


8.No evaluar nuestros fracasos anteriores.


Los fracasos anteriores nos pueden ayudar a revisar aquellas áreas débiles o errores que cometimos en metas anteriores y qué influyeron en el que no hayamos logrado cumplir nuestras metas. Podemos permitir que los fracasos nos ayuden a crecer día día.


"No nos atrevemos a muchas cosas porque son difíciles, pero son difíciles, porque no nos atrevemos a hacerlas"

Séneca (Filósofo y escritor hispano-romano).


Escrito por:

M.Psc. Gloriana Arias Mesén

M.Psc. Peggy Monterroso Pacheco

Psicólogas Clínicas

 
 
 

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